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Su compañero roto 48

—¡Seth! ¡Tu camisa! —señaló Sarah nerviosamente.

Su compañero, que no se había dado cuenta de que aún no llevaba camisa, se tensó, pero luego se relajó.

—Está bien, Sarah.

Ella parpadeó incrédula.

—Pensé que ibas a esconderlas. Sé que los miembros de la manada te han visto transformarte antes, y...