Capítulo 8: La trampa
CJ
Oliendo su aroma junto a la fuente, no pude contenerme más y tuve que encontrarla. No sé por qué me sentía ansioso. Seguí su rastro a través del bosque. Me preocupaba cuánto había caminado en el bosque. A medida que sentía que me acercaba a su aroma, capté el olor de un desconocido mezclado con el de un renegado. «Creo que está en peligro. ¡APÚRATE!» Xazul me apuró. La preocupación en su tono realmente me inquietaba.
Corrí tan rápido como pude hasta que la vi. Cuando mis ojos se posaron en ella, pude escuchar su corazón latiendo rápido y su postura de combate comenzaba a decaer y la vi empezar a caer. En ese mismo momento vi la figura oscura dirigiéndose hacia ella. La atrapé antes de que tocara el suelo. La coloqué en el suelo y me transformé para atacar. Fue entonces cuando pude ver bien lo que se acercaba. Era un híbrido renegado. No pude identificar la mezcla, pero al final seguía siendo un renegado. Fui directo a su garganta. Fue una muerte rápida ya que era descuidado, pero algo no me cuadraba. ¿Por qué invadiría nuestras tierras? Mis pensamientos se detuvieron cuando escuché un gruñido. Me di la vuelta y la vi todavía en el suelo. Corrí a su lado y la levanté. Mientras me aseguraba de que estaba bien, ella se acurrucó más cerca de mi pecho. Xazul ronroneó. Realmente ronroneó. Pero luego noté lo caliente que se sentía su piel. A mitad de camino hacia la casa de la manada, sentí que su temperatura volvía a la normalidad. No lo entendía, pero solo quería que estuviera a salvo.
Al acercarme a la casa de la manada, decidí tomar el camino trasero. No quería que nadie la despertara. La llevé a mi habitación y la acosté en mi cama. Cuando iba a levantarme, ella me jaló hacia ella, y terminé acostado en el borde de la cama junto a ella. Me lo estaba poniendo difícil. Haciendo difícil no marcarla. Su aroma, su hermoso rostro dormido. Quiero saber todo sobre ella, por dentro y por fuera. Me comuniqué mentalmente con mi padre y le informé sobre el renegado y dónde limpiar.
Estar tan cerca de ella es como estar en el paraíso. Ella seguía acurrucándose en mi pecho. Parecía un gatito. Y con ese pensamiento me quedé dormido con mi compañera en mis brazos.
Lexy
Me siento como si estuviera en las nubes. Como si estuviera en un dulce cielo. No he dormido ni me he sentido tan relajada en mucho tiempo. Huelo algo increíble y que me hace la boca agua, pero también familiar. Empiezo a sentir que alguien me está mirando. Me hace sentir como si estuviera en una pesadilla. El miedo de anoche me golpea y me despierto de un sobresalto. Estoy respirando muy fuerte y no puedo recuperar el aliento cuando siento que alguien se acerca a mí. Cuando miro, es CJ.
—¿Estás bien? —me pregunta con preocupación en su voz. Me agarré a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Él me devolvió el abrazo y me frotó la espalda. Una vez que me calmé, me soltó y me miró.
Empiezo a mirar alrededor y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación, estoy en la suya. Y su aroma a madera de cedro con un toque de tequila es embriagador. Coloca sus manos en mis mejillas y me hace mirarlo mientras pregunta:
—¿Estás bien?
Asiento con la cabeza. Pero la sensación de su toque me hace sentir cálida por dentro.
—¿Qué pasó anoche? ¿Cómo llegué aquí? —es todo lo que puedo decir.
—Primero que nada, eres mi compañera —dijo con confianza. Parpadeé rápidamente. Él sonrió y lo repitió.
—¡Eres mi COMPAÑERA! —enfatizó la palabra compañera. Mi cerebro estaba tratando de ponerse al día con todo lo que había pasado y lo que él acababa de decir.