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Capítulo noventa y ocho

—Te quedas aquí.

Domenico mira a su primo con furia.

—Ni de broma. No hay manera de que me quede aquí mientras tú tienes la oportunidad de patearle el trasero a Moretti. Mira lo que me hizo en la cara, Enzo. No voy a dejar que se salga con la suya. Voy contigo —declara acaloradamente.

—Dom, no es...