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Capítulo cincuenta y cinco

Enzo

—¿Cómo está ella? —preguntó Nonno en cuanto me alcanzó en el pasillo del hospital.

Parecía agitado, sin aliento y tan preocupado como yo en ese momento. Durante todo el trayecto hasta aquí, ella no se despertó. Ninguno de mis intentos por hacer que abriera los ojos funcionó. Estaba preocupa...