Read with BonusRead with Bonus

Setenta y uno

No podía dejar de llorar, incluso cuando parecía que había pasado mucho tiempo desde que los chicos se habían ido. Cuanto más intentaba detenerme, más lágrimas caían. No podía entender lo que me estaba pasando, los chicos habían intentado engañarme haciéndome creer que se arrepentían de cómo me habí...