Read with BonusRead with Bonus

Ciento dos

Era mi mamá, y a su lado estaba papá. En ese momento de pánico, salí corriendo de ese lugar, casi empujando a mamá al suelo. No podía creerlo. Mamá me había visto, ¿qué pensaría de mí?

¡Oh Madre de la Luna! No podía creer que había dejado que mi lobo tomara el control, no podía creer que había perdi...