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Ratoncito

Otro golpe cayó sobre mi trasero, justo en el mismo lugar. Mis caderas se proyectaron hacia afuera y los golpes llovieron implacablemente. Mis pechos se rasparon contra el suelo y presioné mi mejilla contra el piso. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mis pensamientos estaban maravillosamente en sile...