Read with BonusRead with Bonus

Contigo

Amia

La puerta se abrió y Liz salió. Levi bajó la ventana y Liz se inclinó para despedirse de mí. Intenté sonreír, pero se sintió forzado en mi rostro. Ella sonrió y me dijo que estaría bien.

—¿Estás segura de que no necesitas que te llevemos a casa? —preguntó Levi.

—Sí. Además, no eres mi caball...