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¡Mía!

La perspectiva de David.

El aire está lleno de aromas de almizcle y excitación. Las luces tenues alrededor de las gradas en las que estoy sentado no hacen justicia a la cantidad de pecados que ocurren a mi alrededor.

Solo al mirar el escenario, puedo ver al hombre y a la mujer dándonos un espectác...