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Toca mis pezones

Tercera Persona.

Los sonidos de cristales rompiéndose reverberaron por la habitación en la que estaba Anton y un gemido escapó de sus labios.

No era un gemido de dolor, sino de frustración.

Habían pasado dos meses o más y Peter no había traído a su novia a casa.

—¡Era un maldito cobarde!— gru...