Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 4 — Cambio drástico

Jean Verodine

—¿Novia? —preguntó su madre.

—Encantada de conocerla, señora Cost...

—Ya no soy la señora Coster, querida, mi nombre es Adeline Conor —sonrió y yo asentí.

—Lo siento, señorita Conor —dije bastante avergonzada.

—¿Te gustaría sentarte con nosotros? —pregunté educadamente y ella me dio una palmadita en la mano que había sostenido desde antes.

—No, no. Estoy con mis amigos y vamos a visitar la casa de una amiga. Me están esperando afuera, solo quería ver con quién está mi hijo porque ha estado muy reservado estos días —dijo y no pude evitar sonreír incómodamente.

—Iba a decírtelo pronto —actuó Blake y yo quería matarlo en ese instante.

—Encantada de conocerte, Jean, pero tengo que irme. Tenemos que cenar algún día —dijo emocionada.

—Lo haremos.

—Eso es genial. Los dejaré disfrutar de su almuerzo —sonrió y miró a Blake sonriendo ampliamente.

—Adiós, mamá —Blake la abrazó de nuevo y ella nos saludó por última vez antes de irse.

—¿Novia? —le pregunté a Blake con un tono realmente enojado.

—¡Voy a arrancarte la cabeza! —tomé una respiración profunda y miré hacia otro lado para calmar mis emociones.

—Sé mi prometida falsa, solo 3 meses —dijo y eso fue suficiente para mí. Me levanté de mi asiento y lo miré seriamente.

—Ya no tengo apetito, adiós Blake, espero que encuentres una novia y por favor no me...

—Te daré lo que quieras, tú dilo.

—No soy una cazafortunas, Blake, encuentra a alguien que esté dispuesta a ser tu novia —suspiré y tomé mi bolso. Salí del restaurante pero de repente mi cuerpo se congeló cuando alguien se paró frente a mí.

—Hola, cariño —lo miré con horror. Mi cuerpo se congeló y comenzó a entumecerse.

—Jean —me giré para ver a Blake llamándome y rápidamente volví hacia él.

—Blake —mi respiración se entrecortó.

—¿Por qué estás tan pálida? —preguntó y volví a mirar a esa persona pero no encontré nada. Se había ido, ¿cómo sabía que estaba aquí?

—¿Qué pasó? —preguntó Blake pero yo seguía mirando a mi alrededor.

—¿Puedes llevarme a casa? ¡No, no! No me lleves a casa, vamos... ¡vamos a tu casa! —dije tartamudeando completamente asustada.

—Vamos —Blake tomó mi mano y me llevó a su coche, miré alrededor para ver si ese hombre seguía allí.

¿Cómo salió de la cárcel?

—Jean —me estremecí al escuchar la voz de Blake, me giré hacia él.

—¿Estás bien? ¿Qué te pasó? —preguntó y yo solo lo miré en blanco. Abrió la puerta del coche para mí y me subí.

—Blake —lo llamé cuando se subió.

—¿Sí?

—Casémonos —dije porque esta es la única manera de obtener protección.

—¿Qué?

—Casémonos —me giré hacia él y levantó una ceja.

—Jean, tú solo...

—Dame una casa en Suiza o Nueva Zelanda o en algún lugar lejos de aquí después de 3 meses —dije seriamente.

—¿Por qué una casa? ¿En Nueva Zelanda?

—¿Aceptas o no? —pregunté ignorando su pregunta.

—Pensé que no querías una casa ni cosas así.

—¿Cuándo quieres casarte? —pregunté y él me miró con sospecha.

—¿De verdad quieres hacer esto porque rechazaste la oferta hace como 5 minutos? ¿Por qué el cambio repentino? —preguntó Blake de nuevo.

—Hagamos el contrato esta noche, seré tu marioneta y todo lo que necesitas hacer es comprarme una casa en algún lugar lejano.

—¿Por qué? —preguntó.

—No responderé eso, ¿trato? —pregunté mientras ponía mi mano frente a él.

—Trato —me estrechó la mano pero aún me miraba con sospecha.

Todo el camino a la casa de Blake fue silencioso, no quería iniciar una conversación sobre esto. Mi cabeza estaba llena de pensamientos sobre ese hombre. No puedo creer que haya salido de la cárcel. Es imposible.

—Jean.

—¿Sí? —giré mi cabeza hacia él y señaló algo. Me giré para ver que habíamos llegado a su casa.

—Gracias —dije y él salió del coche. Lo seguí y sentí que mi cuerpo aún temblaba por lo de antes.

—Jean, ¿estás bien? —preguntó y asentí.

—Sí, ¿puedo quedarme aquí un rato? —le pregunté a Blake.

—Sí, claro, te mostraré la habitación de invitados —dijo y lo seguí. Suspiré profundamente y no pude evitar imaginar muchos escenarios malos en mi cabeza.

—Jean, ¿estás segura de que estás bien?

—¡Deja de hacerme esa pregunta! —exclamé y Blake me miró confundido.

—Lo siento, pero ¿puedes dejarme descansar? —pregunté amablemente.

—Está bien —salió de la habitación y tiré mi bolso al suelo. Mis piernas se debilitaron y me dejé caer al suelo. Sentí que mi cuerpo temblaba mucho por el susto de antes.

Estoy en un gran problema.

Previous ChapterNext Chapter