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52 El hambre interior

| Malachi |

El mundo se reduce a solo Penelope y yo mientras la pasión nos domina. No es gentil ni amorosa, sino cruda y primitiva. Vierto toda mi frustración, miedo y necesidad en cada toque, cada beso. Y Penelope responde con igual fervor, sus gemidos resonando en la habitación.

Nuestros cue...