Read with BonusRead with Bonus

44

Lavana simplemente saludó con una sonrisa mientras aún sostenía la mano de Beatrix.

—¿Esa no podría ser Lavana, verdad?

—Papá, claro que es ella. ¿A quién más escucha Beatrix tan fácilmente?

—¡Dios mío! No puedo creerlo. Sabía que era bonita antes, pero nunca supe que era tan...

—Hola, abuelo Ro...