Burlándose
Scarlett POV
Me estremecí. Ese borde entre el dolor y el placer comenzaba a apoderarse de mí. Era como si mi cuerpo suplicara por más. Sentí varias bofetadas más y mis gritos eran una mezcla del placer y el dolor que estaba sintiendo. Cada impacto me hacía temblar, gemir y gritar. Estoy segura de que mis bragas estaban mojadas, muy, muy mojadas. Pero antes de que pudiera acercarme demasiado al orgasmo, ambos me soltaron y caí al suelo sobre mis manos y rodillas con la cabeza baja, mirando la alfombra.
—Eso fue muy fácil —escuché la voz del hombre de cabello castaño.
Podía sentir mi trasero ardiendo, el placer atrapado dentro de mí, y sin embargo, no podía evitar la sonrisa en mis labios, una sonrisa que ellos no podían ver.
—Un poco más y estaría suplicando —escuché pasos acercándose, y luego la mano del Alfa de cabello castaño tocó mi barbilla y me obligó a mirarlo.
Mi sonrisa irónica y torcida ciertamente lo tomó por sorpresa, y lamí la comisura de mis labios.
—Muy... Muy... fácil, de hecho —hablé con un tono de victoria y luego miré entre sus piernas, donde podía ver claramente el contorno de su erección.
—¡Jajaja! —escuché reír al otro Alfa y giré mi rostro para mirarlo. —Tú... —se acercó y el otro, frente a mí, me soltó. —Estás tan mojada, prácticamente goteas.
—¿Lo dije al revés? —pregunté e incliné un poco la cabeza. —¿Pero hacerme suplicar? Hmm... —mi sonrisa era ciertamente otra forma de desafiarlos.
—Oh, mi mascota... —el hombre de cabello negro sonrió, y pude ver en sus ojos que estaba planeando algo. —Ni siquiera hemos comenzado.
—Me decepcionaría si eso es todo lo que tienen —respondí.
Estos hombres realmente pensaban que era simple "romperme", necesitarían mucho más que eso y, ya que me liberaron de la necesidad de ser completamente sumisa, significaba que tendrían problemas. Me encantaba, cada fibra de mi ser amaba cada segundo de esta "lucha".
El Alfa con el aura más fría se acercó y me mordí el labio inferior para no soltar un largo gemido al notar el peligro en su mirada, se inclinó lentamente para recoger la cadena conectada al collar y me obligó a levantarme con él.
Sin decir una palabra, comenzó a caminar hacia un pasillo que salía del lado derecho de la habitación. No pregunté a dónde íbamos y mantuve la cabeza en alto, notando cada detalle por el que pasábamos. Las paredes estaban pintadas de un beige claro con un suelo de madera. Las puertas estaban bien diseñadas y también construidas de madera, lo que le daba al pasillo un aire más barroco. Nos detuvimos frente a la última puerta del pasillo, donde sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta. Es una habitación muy simple en realidad, con solo una gran cama que cabría a los tres, baja en el suelo y en el centro de la habitación, con espejos frente a ella. Hay una ventana en la pared detrás de la puerta frente a los espejos, y hay tres armarios de madera cerrados.
Me dejó de pie entre la cama y los espejos donde podía ver mi reflejo en ellos. La forma en que la pintura reflejaba la luz me dejó momentáneamente sin aliento.
Ya había visto la pintura, pero al mirarla ahora, parecía aún más hermosa. Miré alrededor y vi a los dos Alfas caminando hacia diferentes armarios. El de cabello negro sacó algo de un cajón, mientras que el de cabello castaño abrió una de las puertas, revelando cuerdas dentro.
Miré la puerta a través del espejo, había otras habitaciones, y la llave seguía en la puerta. Podría pasar junto a la cama y llegar a la puerta. Esbocé una sonrisa irónica, pero mientras estaba perdida en mis pensamientos, sentí al hombre de cabello castaño tocar mis hombros. Volví a prestar atención a lo que sucedía a mi alrededor y, no solo eso, sino que es la primera vez que noto su aroma. Es muy parecido al de la pintura al óleo y muy diferente de los aromas generales. Estaba parado justo detrás de mí. Dejó una cuerda descansando sobre mis hombros, alrededor de mi cuello, los extremos colgando por delante de mi cuerpo hasta mi cintura. Encontré su mirada en el espejo.
—Pronto te escucharé suplicarme que pase estas cuerdas por tu cuerpo y te adorne con ellas.
Escuché su voz susurrar en mi oído y me estremecí al abrir los labios para dejar escapar un gemido sin sonido. Lo sentí estremecerse también.
—¿Quieres pasar las cuerdas por mi cuerpo? —Llevé mis manos a mi cuello y toqué la cuerda, luego lentamente bajé mis manos por el camino que una cuerda podría tomar. Sobre mis pechos y luego alrededor de ellos. —¿Así? —Sus ojos se oscurecieron mientras su expresión se volvía más seria. Moví mis manos unos centímetros hacia abajo desde mis pechos hasta mi abdomen inferior. Luego tomé sus manos y las puse en mi cintura y lo sentí apretar tan fuerte que las puntas de sus uñas comenzaron a perforar mi piel. Dejé escapar otro gemido apagado.
—Realmente te gusta jugar con fuego —dijo el otro Alfa. —Mi amigo podría ser peor que yo.
Giré mi rostro para mirarlo, pero pronto sentí la mano derecha del hombre de cabello castaño ir a mi cuello y mantenerlo en su lugar, manteniendo mi mirada en el espejo.
—Pronto... —Su promesa y la suave mordida en la punta de mi oreja hicieron que mi cuerpo se calentara como lava fluyendo a través de mí y asentándose entre mis piernas, que presioné involuntariamente juntas al ver al bastardo sonreír.
Mis ojos luego se dirigieron al reflejo del hombre de cabello negro inclinándose frente a mí. La otra mano del hombre de cabello castaño bajó hasta mi muslo levantando mi pierna. No pude resistir. La acción dejó mi sexo completamente expuesto para el hombre de cabello negro.
—Mojada. Casi goteando —su voz ronca me hizo morderme el labio inferior de nuevo.
Todo mi sexo estaba libre de cualquier vello y muy suave. Había sido depilado y luego hidratado, y ahora estaba completamente expuesto.
Respiré hondo racionalizando que no tenía necesidad de sentirme avergonzada, pero una parte de mí seguía siendo virgen, y esa parte me hizo sonrojarme ligeramente.
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