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SETENTA Y TRES | DECIDIDO

Cuando llego a la sala de conferencias habitual para mi lección con la Sra. Jin, no es la Sra. Jin quien me espera. Es Mikyle. Ha adoptado la postura habitual de la Sra. Jin, sentado en la mesa con las piernas cruzadas y las manos descansando sobre las rodillas. Solo que sus ojos están cerrados, y s...