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CUARENTA Y DOS | SOMBREADO

—Me estoy volviendo loca —me quejo tres días después, frotándome las sienes con molestia. Realmente necesito algo de cafeína si voy a soportarlo otra vez.

—Quizás la próxima vez lo pienses dos veces antes de huir —gruñe Mikyle con sarcasmo en voz baja para que mamá no lo escuche. Ha logrado darse c...