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TREINTA Y DOS | SED DE SANGRE

—Mira, nunca entendí por qué ella no se enganchó con el chico antes de los últimos diez minutos de la película —murmura Darine con la boca llena de palomitas, los ojos pegados a la pantalla donde los dos personajes principales finalmente están confesando su amor. Sonrío.

—Suspenso —respondo sin emo...