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Todos entraron en pánico y, en su pánico, me soltaron y caí fuertemente sobre mi hombro derecho, haciendo un ruido ahogado de dolor. Como si me hubiera oído, los ojos del lobo se dirigieron hacia mí y soltó un gruñido.

—Me quedaré y la vigilaré —gritó el tipo principal—. El resto de ustedes debe en...