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Capítulo veintiséis

A James le costó todo dejar la habitación, dejar a Cassidy allí sola y no simplemente ceder a sus instintos y llevarla a la cama y follarla hasta que gritara su nombre una y otra vez. Se quedó en la puerta después de cerrarla, con la mano en el pomo, a un solo movimiento de músculo de volver a entra...