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Capítulo cuarenta y tres

El sábado por la mañana, los vestuarios se quedaron en silencio en cuanto entré con mi bolsa. Todos me miraron mientras empezaba a desvestirme y a ponerme el equipo. No tenía idea de lo que estaba pasando hasta que Cooper carraspeó y los miré.

—¿Qué? —pregunté mientras me quedaba en ropa interior y...