Read with BonusRead with Bonus

Capítulo veintiocho

—Cuando te vi el primer día de clases, pensé que aquí venía otro deportista tonto. Obviamente, no lo eras y cuanto más te conocía a ti y a tus hermanos, más me gustaban todos ustedes. Me recibieron en su casa y ahora se siente como mi segundo hogar —dijo ella.

No dije nada, y tampoco la miré. ¿Qué ...