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Continuación del capítulo 4

Un gran agujero del tamaño de mi cabeza había aparecido en la madera donde seguía golpeándola con el martillo. Le di un último golpe con todas mis fuerzas y el tornillo que sostenía la esquina se soltó. Usando mis manos, tiré de él y lo separé de la ventana. El vidrio de la ventana se había roto al ...