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Segunda parte: continuación del capítulo 20

Allí estaba Adio, sentado en una roca en la cima de una colina, que estaba al menos a cien metros de donde yo me encontraba. Estaba sentado con las piernas cruzadas, en posición de loto, igual que Templar. Su espalda estaba recta y sus manos descansaban sobre su regazo. Desde donde yo estaba, no pod...