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Juntos como uno

El punto de vista de Eliza

—¿Matarnos?—dije con desdén—. No tienes poder para hacer tal cosa. Sé que mis compañeros están aquí. Puedo sentirlos—. Le señalé con el dedo a Yelda y vi cómo una chispa de incertidumbre cruzaba su rostro marchito. Ella me miró y echó la cabeza hacia atrás, riendo a carca...