Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 34

—Aleera, quédate despierta para mí —murmuró Kalen. Su voz se volvía cada vez más distante, y sentí cómo me quitaban la ropa. Mis extremidades estaban flácidas, y Lycus me movía como una marioneta, pero la sensación inducida por la pérdida de sangre me hacía no preocuparme por nada mientras me concen...