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59. De las cenizas

Temblando, Reya sacudió la cabeza en un intento de alejar el mareo y agarró las riendas del dragón que montaba. Las náuseas le subieron por la garganta, pero tragó para contenerlas. Inhalando con dificultad, se limpió los restos de carne y sangre de la cara.

La sombra del Príncipe Armani había sido...