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35. Selene, más vale que estés bromeando.

Los ojos de Reya se abrieron de par en par con asombro en cuanto Aneira hizo su declaración. Miró del Primer Príncipe al hombre que suponía era El Señor del Mar y luego de vuelta, sin creer todo lo que sus ojos, oídos y nariz habían presenciado.

Querida Selene, ¡más te vale que estés bromeando!

E...