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Mente sucia

El arma estaba directamente en su cabeza, estaba listo para apretar el gatillo y su mirada podría haberme hecho disparar, pero mantuve la calma, sin aflojar mi agarre en el arma. Estaba tan sorprendido por su incesante queja.

Este chico ha cambiado.

Lo peor es que, ¿cuándo vamos a dejar de pelearno...