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Afortunado

Mientras tanto, de vuelta en la casa. Pauline entró en su casa con una gran sonrisa en el rostro, no solo se había deshecho de una plaga, sino que también había ganado veinte millones con ello.

—Mamá, ¿dónde está Laura? Tengo ropa sucia —preguntó Sandra con las manos en la cintura. Pauline puso los...