Read with BonusRead with Bonus

Demasiado bonito

Ha pasado una semana desde que mi mamá diseñó su obra de arte en mi cuerpo, desde entonces no me ha tocado y estoy agradecida por eso.

—Laura, ven aquí por favor.

—Ya voy, mamá.

Al dirigirme a la sala, la vi a ella y a Sandra viendo la televisión, me dio una sonrisa encantadora, algo que nunca había hecho antes.

—¿Por qué estás sentada en tu habitación sola? Ven y únete a nosotras, estamos viendo una película romántica.

¿Qué está pasando? ¿Está bien mamá? Sea lo que sea, me gusta. Haciéndome cómoda en el sofá junto a mamá, me uní a ellas. Sandra no me dirigió ni una mirada, pero no me importa.

—¿Qué te gustaría comer hoy, Laura?

Oh Dios, si esto es un sueño no quiero despertar.

—Mamá, cualquier cosa estará bien, siempre y cuando comamos en familia.

Ella me sonrió, algo que nunca había pasado antes.

—Esta es una de las razones por las que te quiero, me pregunto por qué tu hermana no puede ser como tú.

Se giró para mirar a Sandra, quien me fulminó con la mirada por lo que mamá dijo. No comenté nada.

Después de la película, mamá me sorprendió uniéndose a mí en la cocina para cocinar la comida de hoy, mi vida está cambiando y espero que nunca cambie.

—Concéntrate, querida, no quiero que te lastimes con el cuchillo.

La voz preocupada de mamá interrumpió mis pensamientos.

—Sí, mamá, tendré cuidado.

Prestando atención a los tomates que estaba picando. Estamos cocinando arroz, salsa de tomate, pescado frito y carne. Mamá decidió que cocináramos esto aunque no tengamos mucho. Dijo que quiere que coma algo bueno, me opuse pero ella insistió y no tuve más remedio que aceptarlo.

—Cariño, aléjate, el aceite podría lastimarte.

Está siendo demasiado amable, ¿y si solo lo está haciendo para que baje la guardia? Mamá no me hará daño, ¿verdad? Estoy pensando demasiado. Tal vez realmente ha cambiado y ha llegado a amarme como a su propia hija. Después de cocinar, nos sentamos como familia a comer nuestra comida, ha pasado mucho tiempo. La comida sabía divina.

—Querida Laura, estaba pensando, ¿qué tal si tú y Sandra van de compras mañana? He notado que tus vestidos están desgastados.

Mis ojos se llenaron de lágrimas que amenazaban con caer, pero parpadeé para no dejarlas salir.

—¿Estás bien? —preguntó mamá.

Asentí con la cabeza, incapaz de abrir la boca, temía que mi voz se quebrara traicionándome. Ha pasado mucho tiempo desde que me sentí así, amada y cuidada. Como mamá dijo, Sandra y yo fuimos de compras al día siguiente. Sandra parecía como si la hubieran obligado a ir de compras conmigo, me pregunto por qué me odia.

Entro al centro comercial con esta chica que recogí ayer, voy a hacerle creer que la amo, mimarla con regalos, y cuando me haya dado su corazón, la usaré y luego romperé su corazón podrido. Estúpida, actuando toda tímida frente a mí. Después de elegir algunas ropas para la zorra, vi a la única chica que ha estado atormentando mis sueños y ha tomado control de mis pensamientos. Sus ojos apagados de repente tienen luz en ellos, la luz en sus ojos es tan brillante que quiero apagarla y hacerla opaca de nuevo.

No puedo esperar a tenerla debajo de mí, gritando y pidiéndome que pare. Solo los pensamientos de ella debajo de mí hacen que mi pequeño miembro se estremezca, la chica que camina a su lado parece que no pertenece aquí. Tal vez si hablo con ella mi noche será tranquila. Caminando hacia donde está parada con su hermana o amiga.

—Hola, damas.

La sonrisa en mi rostro puede hacer que una chica se derrita por mí.

—Hola.

La persona a la que intentaba llamar la atención no me dirigió ni una mirada, me ignoró y siguió seleccionando su ropa.

—Eso fue grosero.

No me gusta ser ignorado, si no fuera porque quiero acostarme con ella, habrían encontrado su cadáver en algún lugar de una zanja porque me ignoró.

—Permítanme presentarme. Soy Alexander Quinn.

La chica que aceptó mis saludos, sus ojos se abrieron de par en par al mencionar mi nombre. ¿Mencioné que soy popular y que nadie se mete conmigo y sale impune? Para mi mayor sorpresa, ella aún no se giró para reconocer mi presencia, va a pagar por esto.

La chica con la que se supone que debo estar aquí estaba furiosa, debería estar feliz de que estoy tratando de ganarme su corazón.

—Cariño, deberías ir a probarte la ropa que has elegido.

Sin una palabra de rechazo, se fue, dirigiéndose al probador.

—Entonces, damas, como pueden ver, estoy ocupado con ella, tomen lo que quieran, corre por mi cuenta. Pero antes de irse, ¿puedo saber sus nombres?

Ya sé sus nombres, mi informante me informó.

—Soy Sandra y ella es Laura —dijo la chica llamada Sandra con una sonrisa.

—¿Ofendí a tu hermana? Parece que me odia.

Finalmente se giró para mirarme pero aún no dijo nada. Tiene esta mirada inocente en sus ojos y quiero ensuciar su inocencia.

—No le hagas caso a Laura, no está acostumbrada a estar en lugares como este. Está acostumbrada a trabajar en la cocina y a fregar el suelo —dijo con orgullo Sandra, parece alguien que ha sido mimada y consentida por sus padres, lo cual es cierto. Según la información de mi hombre, ella vive la vida de una princesa aunque son pobres y Laura es la sirvienta, ¿debería decir que la tratan como una sirvienta? Esto es como la historia de Cenicienta solo que no son ricos...

Previous ChapterNext Chapter