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El parque

Después del desayuno, todos se prepararon y se dirigieron al parque. Kimberly estaba tan feliz que no dejaba de saltar y cantar.

—Kimberly, deja de hacer eso, podrías tropezar y caerte —la regañó Laura.

—¿A dónde vamos primero? ¡Vamos a montar en la montaña rusa! —Kimberly no podía dejar de hablar...