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Capítulo 32

Capítulo Treinta y Dos

Tan pronto como empiezo a leer, las palabras comienzan a desdibujarse.

—Maldita perra odiosa. Te di la vida, y ahora ni siquiera eres capaz de enviarme un mensaje. Sé que puedes ayudar, estoy atrapada aquí y la única manera de ayudarme es que mates a esos hombres con los que...