La loba solitaria

Capítulo diecisiete: No podría ser peor

Subió las escaleras hasta que ya no escuché sus pasos.

Rápidamente agarré el mapa. Lo quité del suelo parcialmente mojado; temblando como una hoja. Pasé mi mano izquierda por el costado de mi cabello blanco y espeso. Preguntándome qué hacer. Pero no se me ocurría nada.

Me quedé de pie, nervioso, e...