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411 El genio de la arquitectura

Nueva York estaba especialmente fría hoy.

Incluso en la corta distancia desde el coche hasta el edificio de la empresa—apenas cincuenta metros—Emily sintió que el frío se le había metido hasta los huesos.

Dylan se quitó su grueso abrigo de plumas y se lo ofreció. —Toma, ponte esto.

—No hace falta.

D...