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288 No soy un destructor de hogares

Emily no era ingenua. Antes de venir a esta reunión hoy, había considerado que la mujer a la que estaba a punto de enfrentar podría muy bien ser la amada de Satanás.

Pero cuando Penelope la miró con una sonrisa tranquila, Emily aún sintió que su corazón se desplomaba.

—Penelope —Emily tomó una respi...