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CAPÍTULO 28

CAPÍTULO VEINTIOCHO

Avyanna se despertó con el estómago gruñendo, recordándole que prácticamente se había muerto de hambre el día anterior. Siempre era muy quisquillosa a la hora de elegir qué comer porque tenía antojos inestables. Podía anhelar un plato en particular, pero si el sabor no era recon...