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—¡Buenos días, señora Cage! Su esposo me pidió que la acompañara al centro comercial —dijo el hombre. Me siento muy incómoda cuando me llaman "señora".

—¡Ashley! —dije, y vi la expresión de confusión en su rostro.

—¡Llámame Ashley! —afirmé. Él asintió y salimos de la casa. Extrañamente, la casa es...