Read with BonusRead with Bonus

El intruso

Sus labios eran jodidamente suaves.

Demasiado suaves.

El tipo de suavidad que me hacía olvidar dónde estaba, quién era y qué diablos estaba haciendo aquí en primer lugar.

Mi mano subió por su cintura casi por instinto, atrayéndola contra mí, su perfume envolviendo mi cabeza como humo. Encajaba co...