Read with BonusRead with Bonus

¡Imposible!

Lentamente la acompañé hasta su coche, sin querer que la noche terminara todavía. El aroma de su perfume aún se aferraba a mi ropa, envolviéndome como una promesa de la que no estaba listo para desprenderme. El aire nocturno era fresco, una ligera brisa levantaba los bordes de su cabello oscuro, hac...