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Capítulo 24

Mi ira se dispara mientras él sigue divagando. —Estás equivocado sobre mi madre, sobre mí y sobre esta manada. —No lo estoy. Dime, niña, ¿te respetan? No. ¿Temen tu ira? No. ¿Sabes por qué?

Dándome la vuelta, me dirijo hacia la puerta. Su risa es como uñas en una pizarra. Al llegar a la puerta, la ...