Read with BonusRead with Bonus

265

—Sexy también —me guiña un ojo.

—Hmmm, más bien, engreído con demasiado ego —le respondo con un empujón juguetón en el pecho duro y apretado frente a mí.

—Me gané el ego porque sé que soy sexy como el infierno, nena, y tu dulce trasero lo sabe —me rodea la cintura con sus brazos debajo de la bata,...