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Capítulo 47 El giro de los acontecimientos llegó tan rápido

Elizabeth acunó al niño inquieto en sus brazos. Estaba llorando tan fuerte que apenas podía respirar. Sacó unas cartas astrológicas de su bolso. Después de hacer unos gestos en su frente, colocó una runa en su mano. El cambio fue instantáneo. En el momento en que agarró la runa, dejó de agitarse y g...