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Cincuenta.

—Entonces, supongo que tienes preguntas, Colt —dijo Maeve mientras ambas caminaban por la bahía.

Por una vez, Colt había optado por no quitarse el calzado, el frío en el aire la alejaba de cualquier deseo de hacerlo. El pobre sol hacía lo posible por recordarle a la tierra que era primavera, pero e...