Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 5: Cuántas veces

Lily se puso nerviosa, lo agarró con fuerza y gritó:

—¡Ethan, ¿qué estás haciendo?!

Ethan bloqueó su mano y empujó a Lily fuera. La puerta se cerró con llave.

Afuera, Lily golpeaba la puerta, susurrando maldiciones, pero a Ethan no le importaban sus insultos.

La alta figura de Ethan se cernía sobre Charlotte, sus ojos afilados como cuchillos atravesándola.

—¡Ethan, suéltame! —Charlotte luchaba con todas sus fuerzas, pero no podía moverlo ni un centímetro.

—Charlotte, ¿de verdad crees que puedes escapar de mi agarre? ¿Intentando acercarte a Frederick? ¿Tienes lo que se necesita? Todos saben que él es exigente con las mujeres —Ethan se burló, su voz goteando sarcasmo.

Charlotte apretó los puños, tratando de estabilizar su voz temblorosa.

—¡Ethan, no es asunto tuyo! Ya arruinaste a mi padre; ¿qué más quieres?

La voz de Ethan era baja.

—Te acercaste a Frederick solo para fastidiarme. ¿Crees que me importa?

Charlotte se sintió asqueada. Lo miró.

—¡Ethan, deja de halagarte!

Los labios de Ethan se curvaron en una mueca de burla mientras le agarraba la muñeca.

—¡Charlotte, acabarás viniendo a mí! ¡Solo espera y verás!

Dicho esto, pateó la puerta y se fue.

Tuvieron una relación de cuatro años, y ella hizo tanto por él, solo para ser traicionada al final.

Ahora Charlotte entendía que Ethan solo jugaba con ella; nunca tuvo la intención de casarse con ella.

Y ella siempre fantaseaba con su boda.

Charlotte lloraba, riéndose de sí misma.

—Charlotte —la voz de Lily vino desde su lado.

Charlotte se secó las lágrimas y levantó la mirada, luego se quedó congelada.

Fuera de la puerta, además de Lily y Robert, estaba Frederick. Charlotte bajó la cabeza con torpeza, sin decir una palabra.

En ese momento, de repente comenzó a llover a cántaros afuera. Robert revisó su teléfono y dijo:

—Parece que va a llover esta noche. Charlotte, ¿cómo vas a llegar a casa? ¿Necesitas un aventón?

Charlotte estaba a punto de responder cuando el teléfono de Lily sonó. Después de atender la llamada, le dijo a Charlotte:

—Charlotte, tengo un asunto urgente que atender. Sr. Hawkins, ¿podría darle un aventón?

Frederick miró los ojos hinchados de Charlotte por el llanto, su expresión era indescifrable.

Después de un momento, habló con calma:

—No hay problema.

Charlotte no tuvo más remedio que irse con Frederick.

Afuera, el viento aullaba y los relámpagos iluminaban el cielo. El estacionamiento era al aire libre, y Frederick fue a buscar el coche.

Una vez dentro, Charlotte soltó un largo suspiro. Frederick la miró de reojo, pero no dijo nada.

Los limpiaparabrisas se movían rítmicamente, y el coche cayó en silencio. El aire acondicionado estaba encendido, y pronto Charlotte comenzó a temblar, sus labios se volvieron pálidos.

En un semáforo en rojo, Frederick le lanzó una chaqueta.

—Póntela.

Charlotte le agradeció suavemente. Frederick no apagó el aire acondicionado, manteniendo los ojos en la carretera.

Bajo la lluvia intensa, el tráfico estaba atascado, y el coche apenas se movía a través de varios semáforos en verde.

Frederick sacó un paquete de cigarrillos de la guantera, encendió uno y exhaló un anillo de humo. Con casualidad, preguntó:

—¿Cuánto tiempo estuviste con Ethan?

Charlotte se quedó sorprendida.

Pero respondió honestamente:

—Cuatro años.

Frederick parecía sorprendido. Su mirada se detuvo en sus largas y pálidas piernas, había un atisbo de deseo en sus ojos.

Se movió ligeramente, su tono era indiferente.

—¿Cuántas veces se acostaron juntos?

Previous ChapterNext Chapter