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Capítulo 351 No tengo ninguna otra mujer

Charlotte regresó a la villa, y ya era pasada la medianoche.

El vestíbulo estaba apenas iluminado, y allí estaba Frederick, relajándose con una copa de vino tinto.

Charlotte, agotada, se quitó el abrigo y se dejó caer junto a él.

Murmuró, —Frederick, sírveme un poco de ese vino.

Sus ojos azules ...