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Capítulo 604

—¡Maldita sea!— Un grito furioso se escuchó de repente fuera de la puerta.

Justo cuando el camarero estaba a punto de cerrar la puerta, Elizabeth oyó a alguien gritar —¡Alexander! ¡No lo golpees!

Elizabeth frunció el ceño. Para cuando volvió a mirar afuera, la puerta ya estaba cerrada.

Natalia pa...