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Capítulo 398

Al día siguiente, se corrió la voz por todas partes de que Alexander y Esme se iban a casar.

Declan vio la noticia y sintió que su presión arterial se disparaba. —¡Ese imbécil!

—¿Por qué estás tan alterado? Yo ni siquiera estoy enojada —dijo Elizabeth, comiendo unas papas fritas desde el sofá.

—¡...