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Capítulo 250

El coche se detuvo bruscamente, y Esme estaba jadeando, con el rostro pálido.

—Sal —dijo Alexander fríamente, con la mirada fija en Esme.

Esme se mordió el labio. —Alexander, sé que cometí un error.

—¡He dicho que salgas! —Su mirada helada no dejaba lugar a discusión.

—Esta es la carretera de bu...