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Capítulo 214

Cuando Lila llamó, Elizabeth se quedó en silencio, y Lila lo entendió al instante.

—Vamos, admítelo. No puedes dejarlo ir, ¿verdad? —insistió Lila.

Elizabeth se sirvió un poco de agua y suspiró.

—Puedo dejarlo ir perfectamente. Es mi licencia de conducir la que no puede.

Lila estaba confundida.

...