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Capítulo 167

Alexander frunció los labios. —Vamos a tu casa —dijo.

Los ojos de Esme se iluminaron. Ella rodeó su brazo alrededor del de Alexander y salió con una gran sonrisa.

El Ferrari negro se alejó.

Elizabeth se sentó en el asiento del pasajero, mirando al frente, sintiendo una profunda tristeza.

Alexand...